No hay nada peor que sentirse como sin rumbo. Algunas personas simplemente no pueden soportar la idea de no poder cumplir con sus propias expectativas o las expectativas de los demás. Un contratiempo a veces puede hacer que una persona sensible se tambalee durante días, incluso años, y hundirla emocionalmente.
No todo está acabado
No hay nada más
frustrante que permitirse permanecer atascado en la mentalidad de creer que un
plan no funcionó porque tú o tu proceso de planificación tenían fallas
inherentes. Cuando nos culpamos a nosotros mismos una y otra vez, nos puede
llevar años recuperarnos del abuso que estamos acumulando en nuestra psique.
No eres inútil porque
un plan que intentaste poner en acción aún no ha tenido éxito. Eres valiente
por poner el esfuerzo en absoluto.
Cambia de plan
El hecho de que algo no
funcionó tomando un curso de acción, eso no significa que estés condenado a
fallar eternamente. Simplemente significa que es hora de reagruparse y recurrir
al plan B. O C. O D. Puedes pasar por tantas variaciones de tu plan tantas
veces como sea necesario.
Lo importante es que
nunca te rindas. Podrías repasar todo el alfabeto una y otra vez hasta que
descubras qué funciona para hacer realidad tu sueño. Si significa lo suficiente
para ti, entonces no dejes de creer que el éxito es posible.
Debes recuperarte
Es más fácil decirlo
que ponerlo en práctica. Recuperarse después de un contratiempo puede parecer
imposible al principio, pero lo primero que debes hacer es recordar respirar.
Si entras en pánico, nada bueno saldrá de ello. Tu mejor curso de acción es
abordar la situación con la cabeza fría y nivelada, y aunque eso puede ser
difícil de hacer al principio, ¡tienes que ser más que capaz de hacerlo!
Reorganizarte
Luego, tómate un poco
de tiempo para reorganizarte y procesar lo que sucedió. ¿Por qué fracasó tu
plan? ¿Qué fue lo que se interpuso en el camino? ¿Cómo podrían haberse evitado
esos problemas? ¿Qué podrías hacer mejor en el futuro al hacer un plan B más
infalible?
Analiza lo aprendido
Finalmente, tómate un
tiempo para considerar lo que has aprendido del proceso de fallar. El fracaso
no es permanente. Es simplemente una etapa por la que pasamos durante la
evolución de un plan o una idea.
El fracaso significa
que hay más complicaciones de las que anticipamos, y estamos aprendiendo más y
más con cada pequeño error que cometemos. En el momento en que tenemos éxito,
estamos tan preparados para enfrentar los contratiempos que la siguiente meta
que intentamos lograr puede parecer mucho más fácil para nosotros, porque los
contratiempos no son tan devastadores.
Podemos convertir
nuestros contratiempos en gemas de la verdad y una voluntad de acero, o podemos
dejar que nos derrote. Pero nadie ha dominado jamás su destino rindiéndose.
Para convertirte en un gran triunfador, ¡sigues adelante hasta que hayas
logrado tu objetivo a toda costa!