Lamento decirlo, pero somos miembros de una generación muy
suave. Es decir que la mayoría de nosotros hemos estado algo resguardados
durante nuestra crianza, hasta el punto de que nos hemos acostumbrado a hacer
las cosas bien cuando queremos.
Vivimos en casas con buen aire acondicionado, comemos deliciosas comidas preparadas a pedido y, a menudo, tenemos suficiente dinero para evitar el trabajo que no encontramos gratificante.
¿El problema de todo esto?
Carece de dificultad o desafío. Y sin desafío, no puede
haber crecimiento. Es por eso que, cuando a muchas personas les sale mal la más
mínima cosa, o cuando se ven obligadas a vivir con el más mínimo contratiempo o
incomodidad, a menudo simplemente se dan por vencidas.
Esto puede sonar como una acusación condenatoria de nuestra
sociedad actual, pero no lo es. Más bien, estoy señalando una oportunidad
increíble para ti: la oportunidad de sobresalir como una de las pocas personas
que es capaz de superar las dificultades y no inmutarse ante los desafíos.
¿Cómo llegas a este punto?
Simple: te acostumbras a la incomodidad. Nuestros cuerpos
están diseñados para experimentar molestias después de todo. Estamos diseñados
para vivir al aire libre en los elementos, para correr sobre palos y piedras
con los pies descalzos, para tener hambre durante días y para lavarnos en lagos
helados.
Esto entrena a nuestro cuerpo para que esté más
acostumbrado a situaciones menos cómodas.
¿Y la mejor parte? Puedes volver a introducir fácilmente
ese tipo de dificultad en tu entrenamiento y tu rutina habitual.
Un ejemplo efectivo
Eso es tomar una ducha fría todos los días. Las duchas
frías elevan el metabolismo para ayudar a quemar grasa, también aumentan la
testosterona. Pueden despertarnos por la mañana gracias al reflejo de buceo de
los mamíferos, y son buenos para la circulación y la piel.
¿Pero adivina qué? También son horribles. Y esto los hace
perfectos para desarrollar motivación y disciplina.
Otro ejemplo es entrenar al aire libre como un espartano.
Ellos entrenarían con comida mínima, al aire libre bajo la lluvia, arrancando
malas hierbas de los lechos de los ríos con sus propias manos. Si puedes hacer
lo mismo, te convertirás en una versión más fuerte y dura de ti mismo, tanto
física como mentalmente.
Levántate más temprano
Hay un millón de razones para dedicar tiempo a cultivar más
disciplina y emoción. Con estas habilidades, podrás trabajar hacia cualquier
objetivo o tarea. Podrás hacer ejercicio, solicitar mejores trabajos, trabajar
más duro en tu relación.
Pero la motivación también tiene beneficios más pequeños y
menos obvios. Por ejemplo, una vez que cultives algunas habilidades de
motivación realmente fuertes, ¡descubrirás que en realidad pueden ayudarte a
comenzar tu día más rápido!
Esto se debe a que la mayoría de nosotros escuchará
nuestras alarmas y luego simplemente se dará la vuelta para apagarlas o
presionar el botón de repetición. ¿Qué pasaría si pudieras levantarse a las 4
am todos los días y comenzar tu día productivo antes de que nadie más se
levante?
¿Por dónde empiezo?
La respuesta es que nuestros cuerpos y mentes todavía están
impulsados principalmente por la emoción. Las decisiones que se toman son
impulsadas emocionalmente más que intelectualmente, por lo que la mayoría de
las veces.
Además, nuestro comportamiento es normalmente dictado MÁS
por la emoción que es más apremiante y perceptible en un momento dado. ¿En este
caso? ¡Ser amable y cómodo en la cama! Y dormir más, para que puedas funcionar
y desempeñarse mejor.
Ahora puedes intentar razonar con tu cerebro todo lo que
quieras, pero quedarte en la cama siempre te parecerá emocionalmente más
atractivo que salir a hacer ejercicio con agua fría.
¿Entonces, qué podemos hacer?
La respuesta es reconocer el funcionamiento del cerebro y
vencerlo en su propio juego. Eso significa usar la emoción para sacarnos de la
cama. También significa hacer que la idea de levantarse sea mucho menos
desalentadora.
Así que vamos a combatir el fuego con fuego. Toma un mal
hábito que probablemente tengas (porque la mayoría de nosotros lo tenemos) y
utilízalo para motivarte a salir de la cama. Estoy hablando de tu teléfono
móvil. Su alarma suena, no te obligues a levantarte y entrenar. En lugar de
eso, oblígate a sentarte un poco y revisa tus mensajes.
La mayoría de nosotros no podemos esperar a ver qué
mensajes tenemos, por lo que ESTA acción es inherentemente lo suficientemente
interesante como para garantizar que podamos anular la intención de darnos la
vuelta y volver a dormir.